Por Juan Tomás Valenzuela
Con lo de las tres causales,
se armó una guerra de aguaje
entre un tal Agustín Laje
y un psiquiatra con timbales.
Héctor, señaló los males,
el otro hablaba de infamia.
Uno que estudió en Ucrania,
el otro en Barquisimeto,
ambos discutían si el feto
se forma con la singamia.
El panelista argentino,
enano, inculto y malsano,
tildaba al dominicano
de penco, necio y cretino.
No había que ser adivino
para ver qué la razón,
de la absurda discusión
de este par de panelistas,
se iría más, por lo clasista
que por el tema en cuestión.
Aunque siempre es provechoso
oír hablar al que sabe,
en este tema, la clave
fue insultar de modo groso,
el argentino “aqueroso”
(yo creo que más que El Ateo)
fue víctima del bufeo
del psiquiatra Héctor Heredia,
quien superó, por la media
a este inculto fariseo.
La dirigencia eclesiástica,
según se pudo saber,
trajo a Laje… o a Lajér
con su verborrea fantástica,
para que en forma sarcástica
denigre al dominicano.
Y este, con acento llano
de las pampas argentinas,
probó de su medicina
frente al médico arrellano.
Se habló cerca de una hora,
sobre los egos inflados
del médico prejuiciado
y una Iglesia dictadora.
Pero resulta que ahora,
el enviado por el Papa,
no se leyó ni la tapa
de la Biblia que defiende,
y en su ignorancia pretende
sacar mis teorías del mapa.
Juan de los Palotes
25 marzo 2021